Un lado de esta escultura nos muestra un gato dibujado con líneas simples y elegantes, acentuado por elementos oscuros y un corazón, centrándonos en la esencia del animal. Al cambiar la perspectiva, encontramos una malla áurea donde el pan de oro crea un fondo rico y texturizado, sobre el cual se disponen ágatas de intensos azules y un verde esmeralda. La presencia implícita del gato del otro lado resuena en la composición abstracta, como un recuerdo o una influencia sutil.
Malla áurea
- 18 x 56cm
- pintura acrílica
- ágata
- madera